Números enteros

 



Después del silencio...


Comprendes 

Por qué de pequeña te decían

 que nunca hablaras con extraños.

Pero y si nosotros somos esos extraños.

Y si no acabamos de aceptar,

o no queremos ver.

Que debemos aceptar nuestro todo.

Nuestra parte positiva... sobre el eje de coordenadas 

Junto a nuestra parte negativa, 

ese lado oscuro;

que debemos abrazar.

Para comprender nuestro ser.


Para dejar de escuchar completamente, 

el resto de egos sociales,

que no hacen más que intentar;

apoyarse en ese lado derecho del eje.

Que no quieren contemplar,

que es necesario acariciar,

despacio y en silencio;

ese lado izquierdo.

Al que nunca nadie parece darle importancia.

Hace tiempo un amigo me expresó,

que para quererse con tu todo,

no vale con el crecimiento interior,

con esforzarte,

con querer seguir mejorando cada día. 


¡Hay que caer!

Caemos tantas veces,

nos levantamos tan rápido.

Que no vale.

No vale a veces ese ímpetu,

esas ganas... De volver.

No.

Hay que quedarse.

Hay que quedarse,

en ese lado de coordenadas que a ninguno nos salían bien las rectas.

Quererlo,

abrazarlo,

escucharlo en silencio.


Es tal el silencio que se produce...

Que por una vez consigues que tu mente 

deje de escribir canciones,

deje de escribir letras,

deje de crear.

Solo para sentir …

Para sentir,

observar 

y abrazar esa oscuridad.

La fuerza de nuestro pensamiento,

consiste en eso,

en abrazar nuestra luz.

Nos esforzamos por hacerlo cada día

todos queremos vender que estamos iluminados,

somos geniales;

Mister Wonderful a nuestro lado,

no tiene nada que hacer.

Seamos sinceros,

lo que deberíamos de abrazar... 

Son nuestras sombras.

Esas que nos hacen ver nuestros miedos,

si es que los tenemos

y hasta que punto son reales.

Esa parte que nos advierte,

egoísta,

animal,

esa parte instintiva

que en ocasiones parece un demonio liberándose.

¡Esa!

Que siente,

que no queremos saber.

¡Esa!

Que tan solo, nos ve,

 como nos queremos sentir.

¡Esa!

Que conoce,

nuestros secretos más oscuros.

Aquellos a los que nunca nadie,

por mucho que te conozca,

hable

o lea alcanzará a pensar.

¡Es alucinante!

Siempre digo

que los ojos son el reflejo del alma.


Hay veces que las personas,

no se dejan contemplar...

Pero no porque estén en ese momento introspectivo; 

si no porque su alma tiene un fondo oscuro.

Cuesta admirarlo, 

cuesta sentirlo cuando,

 llevas toda tu vida creyendo

y de hecho a cierto modo mantengo.

Que sí se puede cambiar.

Pero la esencia no cambia,

a esa esencia , hay que abrazarla,

por todas y cada una de sus partes.

Las que nos gustan 

y las que nos duelen.


Así es que llevo un montón de tiempo,

expresando que porque no escribo,

considerando que realmente no me importa;

me encanta. 

Sin embargo sé que no lo hago por algo,

quizá porque llevo... no sé,

he perdido la noción del tiempo una vez más.

En ese aspecto introspectivo,

hacia mí,

en ese ser egoísta;

que lo único que quiere es abrazar.

Su Yin y su Yan.

Porque eso es.

Somos números enteros.

De modo que,

 la próxima vez que mencionemos,

que nunca hablemos con extraños,

deberemos de plantearnos...

Si realmente nosotros,

no lo somos para nosotros mismos.

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