Es un árbol solitario
El tiempo pasa y las cosas cambian,
sólo ha pasado un verano más y regresamos al otoño.
Pero el árbol ha perdido sus hojas
y sumó un anillo a su corteza sin darse cuenta se hizo centenario
y con ello perdió la la luminosidad de sus ramas.
Su savia esta cada vez más elaborada
y los insectos y bacterias abandonaron la estancia.
Ahora en la mitad de su vida se siente respirar
y preparado para afrontar el duro invierno.
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