Loba, siempre regresas a tu naturaleza
En cada aullido a la luna, esa loba siempre recuerda...
Recuerda porque huye hacia el susurrar del bosque en el bullicio de la gente.
Recuerda el porque de su naturaleza solitaria y desconfiada.
Recuerda como una y otra vez mostró su parte cálida y acabó decepcionada.
Cansada de mostrar la cristalina transparencia de su iris, regresó a su naturaleza.
Entendió una vez más que la cima de la montaña sólo la podría culminar en soledad.
Y aulló... una vez más.
Mirando al horizonte entendió que no podrá protegerse siempre , pese a su reticente actitud , la lastimaran de nuevo.
Una vez más se lamerá las heridas y caminará fuerte y ligera como si su figura fantasmal no dejara rastro.
Y ante la luz de su amada luna bailará de nuevo solitaria, como si de un cortejo primaveral se tratase.
Pactó hace tiempo con ella y con la naturaleza su refugio, su hogar, al que siempre regresa atravesando las tormentas.
Y recuerda, en cada aullido su compromiso consigo misma.
Siempre suya.
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