Lupum liberi muscae
Por fin la loba entendió
que significa libertad.
Acarició cada letra
como si de las plumas de un ave rapaz se tratase.
Esas que sentía batir el viento
cuando ella corría sola.
Supo desde aquel momento
como en sus más tempranos sueños de lobezna,
lo que significaba volar.
Ya no perseguiría las huellas de nadie,
aunque sabía que siempre marcaría a fuego las suyas.
Y en aquel instante sintió que nadie alcanzaría la cima, salvo ella.
Aunque quizá algún día permitiría
que otro lobo caminara a la par.
Continuó su arduo camino, sin demorarse,
grabando cada instante sentido en su retina;
a cual mapa estelar.
Aulló una vez más, esta vez con un tono de felicidad sereno.
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