Cuando la risa antecede a la palabra,
tu mente se pierde en la memoria
con la mirada en el presente.
Puedes quedarte tranquila
navegando por las nubes.
Porque ya te hiciste cargo,
de que el suelo de tu reino
no se desmoronase.
Ahora ya,
puedes ponerte tus zapatos mágicos
y salir a volar.
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