Siempre mia.


 La loba se dio cuenta de que la vida es un ir y venir,

de cambios, de mejoras, de luchas constantes.

Que los parajes de cada año, cambiaban a cada estación,

así como los seres que en ellos le aguardaban.

Algunos de ellos, se ganaban su permanencia en aquel reino marchito, 

mientras otros sellaban su tumba...

Guerrera canis lupus, 

vio como cada día, se enfrentaba a el que un día fue su único miedo.

Pero engrandecido su ser, empequeñeciendo a su contrincante.

Ahora sabía que nada se antepondría a su voluntad.

Como cada año su pelaje mudaba,

adoptando un nuevo fulgor.

Dejando atrás todas aquellas batallas,

en las que su victoria no era tal y como esperaba.

Loba de noche, guerrera de día.

Ya no se escondía.

Su resplandor cegaba, inmutable ante su forma

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