Toma de tierra

A veces el aire que respiramos parece insuficiente, las conexiones interpersonales que establecemos no tienen cobertura adecuada.
Es en ese instante cuando nuestra percepción temporal se paraliza, como si nos faltaran datos que nos permitieran ver con claridad.

Es momento de desconectar.

Desconectar de tanta tecnología y volver a reencontrar nuestro rumbo, como si de una brújula astronómica se tratase.

Pero entre tanto, ¿somos capaces de hacerlo?

No requiere mucho. Se trata de volver a escuchar.

Escuchar lo que nos rodea, ese wifi natural que tenemos con la naturaleza. Dejar que los árboles y el resto de la naturaleza nos hable.

Es momento de sentir... de sentirnos.

Ese instante que nos hace ver la magia, como cuando éramos pequeños, sintonizando con nuestro niño interior. Con personas que aún son capaces de ver, esos resquicios que nos estamos perdiendo.

Es hora de poner una máscara a tanta belleza artificial y mirar con otros ojos... Esos que nos permiten ver la esencia real de las cosas y de todo ser que nos rodea.

Utilicemos las parabólicas de las hojas y escuchemos el susurrar del viento, disfrutemos de todo lo que la naturaleza nos brinda sin pensar en las apariencias.

Sólo entonces lograremos hallar todo lo que necesitamos.

No podemos implorar fortuna,amor, salud, relaciones satisfactorias si nosotros mismos no partimos de esa base. Tenemos que ser personas fabulosas, para propiciar e nuestro entorno y nuestra vida se contagien y nos devuelvan lo que nosotros aportamos.

Esta en nosotros... Sólo nosotros tenemos la potestad de cambiar, de mejorar y localizar las señales que nos indican que vamos por el buen camino.

Seamos esa bella bruja que se disfraza con un aspecto hediondo, para hacernos creer... Devolvernos esas ganas de disfrutar, esa sonrisa que creíamos olvidada. Esa fuerza sobrenatural que poseemos y que es capaz de mover montañas y alcanzar nuestros sueños, de materializar nuestras ilusiones; por ridículas que resulten.
Seamos el motor de este aquelarre sin fin.

Digamos adiós a esa vida fútil y volvamos a sentir con todo nuestro ser.